DALI: LOS CORNUDOS DEL VIEJO ARTE MODERNO
Durante la década de los cincuenta, a Salvador Dalí le preocupó el
modo–para él servil–en que los críticos de arte se sometían a la
dictadura de las vanguardias artísticas y, en particular, a la corriente
más «moderna»: el arte abstracto. Dio a conocer su opinión sobre la
crítica y los críticos en panfletos, en artículos, en sus diarios y en
textos cargados de ironía como 'Los cornudos del viejo arte moderno'.
Según Dalí, desde que los críticos «se casaron» con la «vieja pintura
moderna», ésta no ha dejado de ponerles los cuernos: con la fealdad, con
la técnica y con el arte abstracto...
Dalí redactó este texto en francés, en 1956, durante una de sus travesías por el Atlántico, y se publicó ese mismo año en Francia tal como se reproduce en la presente edición
Es estrictamente firme con las pinturas abstractas, las pinturas modernas, con Picasso y la “fealdad” de sus figuras, reclama una vuelta a lo clásico elogiando a Vermeer y Velázquez. Según Dalí los artistas creadores de estas obras modernas, hacen eso porque no son capaces de hacer algo mejor.
Llega a relacionar las pinturas abstractas con simples elementos decorativos. También cita a críticos y artistas y acompaña sus textos con ilustraciones en sucio y rápidas.
Piensa que los artistas modernos necesitan mejorar su talento y aprender a pintar tan bien como artistas del pasado (Velázquez, Vermeer, etc.)
Dalí redactó este texto en francés, en 1956, durante una de sus travesías por el Atlántico, y se publicó ese mismo año en Francia tal como se reproduce en la presente edición
"Para que las fuerzas vitalmente heterogéneas y antiacadémicas del arte
moderno no perezcan en el ridículo anecdótico del simple diletantismo
experimental y narcisista, hacen falta tres cosas esenciales:
1.° Talento, y a ser posible genio.
1.° Talento, y a ser posible genio.
2.° Volver a aprender a pintar tan bien como Velázquez y a poder ser como Vermeer.
3.° Poseer una cosmogonía monárquica y católica lo más absoluta posible y de tendencias imperialistas."
Es estrictamente firme con las pinturas abstractas, las pinturas modernas, con Picasso y la “fealdad” de sus figuras, reclama una vuelta a lo clásico elogiando a Vermeer y Velázquez. Según Dalí los artistas creadores de estas obras modernas, hacen eso porque no son capaces de hacer algo mejor.
Llega a relacionar las pinturas abstractas con simples elementos decorativos. También cita a críticos y artistas y acompaña sus textos con ilustraciones en sucio y rápidas.
Piensa que los artistas modernos necesitan mejorar su talento y aprender a pintar tan bien como artistas del pasado (Velázquez, Vermeer, etc.)
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